Estudié en un colegio laico, y cuando tenía 9 años, a eso de tercero básico, en religión (asignatura en la que básicamente hablábamos sobre cómo ser mujeres emocionalmente autovalentes) se les ocurrió que por cultura general deberíamos sabernos el nombre de los 12 apóstoles. Hubo evaluación, pero por ser un ramo optativo, sólo te decían si lo lograste o no.
Llegué a la casa con una prueba toda marcada en rojo con una "i" gigantesca.
"Mamá, me saqué un insuficiente"
Sorprendida mi madre, revisó la prueba y soltó una carcajada. Fui tema de conversación, o más bien, motivo de burla, en la mesa esa noche y probablemente toda esa semana. Honestamente todavía es algo por lo que en mi casa se retuercen 21 años después.
Ocurrió que sólo me sabía el nombre de 7 (suficiente). Pero algo que sí tenía muy claro, es que en esos 45 minutos, tenía que llegar a 12 apóstoles, así que numeré hacia abajo y me puse a completar la lista...mi memoria nunca ha sido buena, pero mi creatividad contrapesaba esa falta: Pedro el grande, Pedro el chico y Judas el Iscarión fueron algunos de los personajes que decidí merecían ser parte del consejo asesor del salvador de la humanidad.
Bueno basta ya de herejías, a lo que quería llegar con esta introducción anecdótica, es que a veces ese desarrollo de la creatividad y hasta las emociones, se ve opacado por la inteligencia racional, y aquí cito un texto que escribí el año pasado sobre el éxito:
"Ahora entiendo que no existe una sola definición, que hay diferentes maneras de lograr esta meta, y que en mi mundo, el éxito está dado por bienestar emocional."
[Puedes encontrarlo en la nueva categoría del blog: Apartados]
Ayer cumplimos 1 mes desde que llegamos a Costa Rica, y la verdad es que aquí cada día es una aventura diferente, con intensidades y presiones que toman la forma que quieren, cuasi dependientes del temperamental clima que nos acompaña.
Esta última semana de junio se me vino cuesta arriba. Y es que al jefe se le anduvo pasando la mano con la cantidad de responsabilidades que me puso encima.
La crisis interna del Refugio agarró fuerza y el protagonista de todo esto recurrió a la única energía femenina del lugar para buscar un espacio emocional que pudiese traducirle al lenguaje racional lo que estaba pasando. Pero como podrán intuir, eso bordea lo imposible, por lo que no es ni fácil ni rápido.
Puse la oreja y con mis pocas herramientas intenté ayudarlo, pero por aquí ni psicóloga ni coach. Lo bueno, parece que fue el empujón que le faltaba para hablar con sus trabajadores. Me dijo que le había ido bien en la conversa.
Aunque la contraparte consideró que avanzaron 1 paso y retrocedieron 20.
El problema sigue vivo y por alguna extraña razón no llegan a puerto.
Dejemos en hielo un ratito eso sobre mi nuevo rol de consejera y pongámonos el casco blanco, que de estas obras soy la supervisora:
*Recordatorio: ambos casos tienen un aspecto tangible, que son el mural y los uniformes, pero a la vez responden a una estrategia de vinculación social, creada por Alexander.
Caso Mural
El Miércoles en la mañana trazamos el dibujo, y en la tarde se invitó a la gente de la comunidad que asistiera al pintarrajeo. El primer día llegaron 3 adultos y 2 jóvenes, el segundo llegó sólo 1 señora, Rosa, y el tercer día ella y 4 niños.
Personas extremadamente dulcitas. Mientras tirábamos brochazos al muro, conversábamos.
La señora Rosa por ejemplo, a sus 70 años, me contaba que vivía sola, que le gustaba venir a pintar porque era algo nuevo para ella y así también estaba más acompañada. Caminaba cada día 30 min para llegar hasta aquí, y sufría dolores en su pierna izquierda, no supe qué era, pero ella decía que era una enfermedad que nadie veía, y por lo mismo era difícil que la entendieran. Luego me enteré que es cáncer.
Me contó el cuento del gusano feo, que tenía como moraleja el valor de la diferencia entre las personas, y que debíamos aprender a respetarnos y disfrutar la diversidad.

Yari, de 10 años, me recordó a mi sobrina Lourdes. Con mucha personalidad llegó a meterme conversa, quería saber mucho más de mi, de dónde era, por qué estaba aquí. Quería estar cerca mío.
Hablamos de que recién salió de vacaciones de verano e iría a la playa con su familia. 7 hermanos. Ella era la menor de todos. A diferencia de todos aquí en el pueblo, no le gustaba ir a la iglesia.
Don José a sus 50 y tantos años, se subió rápido a la silla y se puso a pintar el techo. Junto con don Oscar comentaban la relevancia que tenía trabajar en comunidad para hacer de este un lugar más bonito, donde les gustara estar. Y no importa quién hace qué, o quién tuvo la mejor idea, lo importante es colaborar.
Fueron 2 horas de trabajo diarias, 6 en total por esta semana, de las cuales Alexander se mantuvo en silencio, trabajando eficientemente. Trabajando solo.

Jose me llamó "la chilena valiente" no entendí muy bien por qué...hasta ayer.
Cada día después de pintar el mural, íbamos a dejarle las llaves del Salón a Ronald, el alcalde. Pero el Viernes no lo hice, Alexander nos apuraba para salir a almorzar pues teníamos 1 hora hasta la siguiente reunión con el equipo de fútbol. Al momento de ir saliendo, llegó Jose y Oscar cargados de comida y bebidas para el evento de inauguración de los arreglos de la calle principal que sería el sábado en la mañana. No los iba a dejar afuera pensé, y confié en que ellos podrían cerrar y entregarle las llaves a Ronald más tarde.
Una hora más tarde, después del almuerzo, volvimos al mismo lugar para la reunión con el equipo.
Caso La Gamba Fútbol Club
En esta ocasión, Alexander citó a todo el equipo. El primer gran logro era que hubiesen juntado a los 11 posibles jugadores. Una vez conformado el número, llevamos las camisetas que mandé a pedir a la imprenta para probar las tallas. La idea era que uno a uno se probaran las tallas, eligieran su número y dejáramos todo anotado para poder mandar a producir el Lunes. Era un momento importante. El equipo estaba tomando forma. El rollo empezó a involucrar a más personas. Incluso llegó Yari y se me instaló al ladito.

En plena prueba y toma de decisiones, se me acercó Alexander bastante ajetreado y de un ala me sacó de ahí, pues tenía que darle explicaciones al alcalde de por qué no le devolví las llaves directamente a él. Me sentí como en el colegio, me estaban retando por un mal comportamiento. En esta ocasión, a diferencia de las veces anteriores que vi al alcalde, estaba con la ropa puesta y Arica oculto dentro de su pantalón, lo que me facilitó centrar la atención sólo en sus palabras:"Esto no estuvo bien, yo te presté las llaves a ti, no a ellos. Debiste devolvérmelas a mí, no se las puedes pasar a cualquiera". A lo que Alexander respondió que estaba totalmente de acuerdo con eso.
Me sacó de la vinculación por el equipo. Me sacó de la vinculación por el mural.
Volví a cerrar el ítem camisetas. Los chicos estaban felices, ilusionados por tener nuevos uniformes. Ya en el auto, se acercó el alcalde a mi ventana, y es que justo llegó José con las llaves. Me pidió perdón por el reto, entendió que mi acción fue para contribuir a la gestión del evento y de pasadita nos dejó más que invitados a la celebración.
Me fui limpia digamos, pero me sentí rara y es que, voy de nuevo con el recordatorio: *ambos casos tienen un aspecto tangible, que son el mural y los uniformes, pero a la vez responden a una estrategia de vinculación social, creada por Alexander.
Me frustré. Me enojé. Sentí deslealtad.
Y lo lindo de la rabia y el chorreo emocional, es que movilizan al entorno.
Juan habló con Alexander. Larga conversación, pasando por diferentes temas que habían en el tintero. No sé detalles, porque no estuve ahí. Pero sí sé que apretó los botones correctos.
Hoy sábado 1 de Julio por la mañana, recibí las disculpas de Alexander. Sentidas, reales.
No había logrado ver lo que pasó, hasta que Juan se lo mostró.
Aceptadas las disculpas, procedí a ofrecerle lo que será el desafío del siguiente mes aquí.
Difícil enseñarle español en 1 mes. Imposible hacer cambiar a un viejo tan obstinado. Pero lo que sí creo que puedo hacer, con paciencia y amor, es ayudarle a acortar la brecha emocional con los ticos. Y pasar tiempo con ellos. Y conversar.
Después de hablar, fuimos al pueblo los 3, para asistir a la inauguración de los 3.2 kms de calle con tratamiento asfáltico que fue motivo de celebración pues, como les he contado anteriormente, por acá las calles son un infierno.
Después de cantar el himno nacional de Costa Rica, agradecer a Dios con mucho ahínco, recibir las palabras del alcalde de la comuna y el alcalde de la provincia en las que se agradecía a don Alexander, con diabetes de satisfacción decidió volver a la casa.

Nosotros nos quedamos y comimos chanchito con chicharrones en hoja y tomamos juguito en bolsa, mientras bailábamos discretamente algo como una ranchera y saludábamos a todas las personas que conocíamos (ya son como 15 en total) Y al final, Ronald el alcalde, nos regaló un pedacito de la cinta inaugural de la calle.

Vaya semana huh.
Pura Vida