¿Se acuerdan de ese juego de la plaza? ¿ese del balancín?
Un tablón y un eje. Y las reglas son dos 1: no se juega solo.
2: cuando hay uno abajo, el otro está arriba y el equilibrio se logra cuando se ponen de acuerdo en que el trabajo lo hacen las 4 piernitas a la par.
*Regla tácita: el juego termina cuando los 2 están de acuerdo y 1,2,3 se me bajan.

Como algunos ya sabrán, el martes 12 de Julio, con Juan tomamos la decisión de irnos del Refugio. Como en un pololeo, ya sabíamos hace un par de semanas que habíamos terminado, solo que todavía no hacíamos el comunicado oficial a la contraparte.
Fue una acumulación de dolores. De cabeza y de corazoncito.
Antes de profundizar en el éxodo, me gustaría primero recordar el rol que decidimos, o se nos asignó, ejecutar en este lugar:
En concreto Juan debía dirigir, grabar y editar el documental del Refugio que, poco a poquito estábamos logrando no fuese un video corporativo aburrido que hablara de conservar como un tema sólo para extranjeros millonarios, sino una pieza audiovisual deliciosa que revelara la importancia de las relaciones humanas y los vínculos sanos en la labor conservacionista.

Por mi parte, yo debía ser algo como traductora inglés-español, diseñadora y relacionadora pública del lugar. El pasado sábado 8 de Julio propuse hacer un ciclo de talleres (llamados "Conversar para conservar") para invitar a las personas de la villa a conversar sobre conservación y medioambiente, una vez más como parte de la estrategia de vinculación social. (me baja la ética asique le puse unas censuritas)
Dicha estrategia, tiene origen en un dolor real, y es que la gente por alguna razón le tenía malas al dueño deste proyecto. Los vecinos de su misma nacionalidad lo rechazaban cuando llegó, luego le prohibieron entrar a su recinto. En el pueblo se hablaba mal de él. Pero “nunca supo bien por qué”.
En base a todo lo anterior y volviendo al tema del rompimiento, lo que más ruido me hizo a mí durante este mes y medio, fue que la estrategia de vinculación con la comunidad, parecía más bien una fórmula matemática o una teoría de física cuántica.
Primero fueron los uniformes de fútbol. Era una muy buena idea tomar el deporte del pueblo como hilo conductor para tejer un chalequito de amistad con las personas. En la última reunión que tuvimos, los chicos dijeron que estaban muy agradecidos del auspicio, porque nunca nadie había dado un peso por ellos. Cuando supieron que yo no estaría para el día de la entrega de uniformes porque para esa fecha ya volvíamos a Chile, se ofrecieron a armar un amistoso con el pueblo más cercano, para que yo pudiera ver los resultados de, como ellos dijeron, tan lindo trabajo.
A pesar de que ellos y yo estábamos construyendo una linda relación, los negativos adjetivos calificativos en relación a los chicos del equipo, por parte del auspiciador en cuestión, me dolían bien adentro.
El mural, lo mismo. Hermosa iniciativa de embellecer con arte el centro de una villa donde los escasos recursos son destinados a reparar la única calle que tienen. La idea de ir a pintar en comunidad y conocerse en el oficio me llenaba el corazón. Me da pena pensar que no veré más a la señora Rosa que estaba combatiendo un cáncer doloroso en su pierna y se esmeraba por caminar 30 min para llegar a pintar con nosotros. O Yari, la niña de 11 años que andaba metida en algo que no se atrevía mucho a contar, pero en mí y nuestras tardes de pintura encontraba cierto refugio. También Keylos, 9 años y era el chico lindo del barrio que llegaba en su bici a tirar brochazos con la "señora" de Chile, mientras que, entre pregunta y afirmación comentaba que mis sobrinos debían quererme mucho. Pero ahí estaba Alexander, de ceño fruncido y en silencio"estilizando" las nubes que los niños tan a tontas y a locas dejaron dibujadas.
Luego el conversatorio. Me aprobó la idea, claro, pero apenas le compartí la propuesta que incluía agenda, temas, y bibliografía para basar la conversa, como siempre quiso controlar hasta lo incontrolable y me contó que estaba craneando una clase de 1 hr sobre economía, para enseñar a las mujeres del pueblo cómo se debía sacar adelante un negocio. No quería arriesgarse a que la conversación tomara un curso natural, eso podría detonar quién sabe qué barbaridad.
Al final, me desencanté con cada uno de los proyectos. No le veía sentido a hacer los vínculos que me pedía si al final era yo la que hice amigos nuevos y aunque él se jactaba de ser partícipe de esa amistad, en realidad sólo se ponía con las chauchas, a punta de prejuicios e ideas descalificadoras con respecto a la gente que involucraba cada uno de sus proyectos.
Vinculación disfrazada de Uniformes (que no confiaba cuidarían, por lo que se los quitaría tras cada partido, así evitaba que se los robaran)
Vinculación maquillada de Mural (que no lograba sus estándares de perfección, por lo que los domingos iba solo a perfeccionar las nubes)
Vinculación vendida como Conversatorio (evento que debía tener un guardia porque en el grupo probablemente habría criminales)
Con eso en mente, no olvidar que terminada la jornada laboral debíamos seguir compartiendo espacio, lo que día a día fue siendo más difícil. Transitamos múltiples episodios descabelladísimos de convivencia (esos los dejaremos para la sobremesa del asado al que nos vas a invitar a nuestra vuelta)
Se me tiñó la relación y la paciencia parecía agotarse. Pero el balancín.
Juan tenía un documental que sacar.
Por unos 5 días me puse un buen agache de moño, y pasé a modo sobre vivencia.
Hasta el Lunes, que le cayó la teja a Juan.
¿Qué dice Juan sobre su proceso?
Adelante estudio:
30 de Mayo
La emoción de emprender un viaje que por tanto tiempo se había estado cocinando nos tenía muy felices, sobre todo por la parte del balancín. No creo que haya sido capaz de emprender el vuelo si no iba con mi chica esa, la que salta conmigo al agua.
La situación tenía pocas cosas claras, solamente una en realidad: ir descubriendo durante el proceso cómo el proyecto iba tomando forma, cómo cambia, se transforma y eventualmente se convierte en una cosa concreta, ya sea desde la vinculación con las personas o con forma de película, con ambas idealmente.
El desafío estaba puesto en cómo llegamos juntos a un lugar del que no sabemos nada, entendemos el entorno y podemos desplegarnos tratando de aportar, entendiendo las muchas e impredecibles formas que esto pueda tomar, pero siempre guardando los límites principales, nuestros propios bordes, claro.
Ir a meterse a un lugar que no parece estar conectado a una red de más personas con las que podamos familiarizarnos, obtener referencias, o saber algo más que lo que la misma persona dueña de su historia te cuenta, es de por sí sospechable. Todos quieren mostrar la mejor cara de sí mismos, y esta no fue la excepción.
Página web impecable, discurso redondo, “colaboradores internacionales”, el primer mundo aterrizando en un lugar remoto, rústico y salvaje para venir a salvarlo.
Proyectos educativos, palabras como “regenerativo”, "enfoque sistémico", y un sin fin de conceptos rimbombantes acerca de cómo se salva al mundo hacían de este proyecto un lugar prometedor -que maquillaba hermosamente las reminiscencias de viejos colonizadores tan impopulares hoy en día.
“Un hábitat para la fauna, biodiversidad, alimentos orgánicos, luz natural solamente”, en otras palabras un lugar realmente inserto en la naturaleza, salvo una cosa: personas y vínculos sanos.
En nuestras conversaciones con Sofía dimos con una resolución que creímos fundamental para erguir cualquiera de nuestros posibles “outcomes”, lo que sea que hagamos.
Esto fue; la conservación más que una acción que podamos llevar a cabo entendiendo la ecología de un lugar, manejando la ciencia, expandiendo el bosque, es un asunto social, un entendimiento como comunidad en un entorno determinado que implica una construcción de los vínculos, las confianzas y por sobretodo de la colaboración entre las personas para con la naturaleza. Solo así podemos construir y recuperar lo que hemos pasado a llevar.
Es de ahí para adelante.
Como documentalista, la labor de insertarse, descubrir un lugar (y por lo tanto la/s persona/s detrás, su cabeza, su historia, aficiones, pasado, visiones del futuro) y todo lo que podría alimentar una historia interesante sobre el proyecto para que sea algo diferente a un simple video lindo con imágenes de animales, paisajes y conservación exitosa en corto plazo, es un ejercicio altamente demandante, emocionalmente comprometedor si se quiere. Es destapar una olla. Esta pasó del verde frondoso, cielos celestes, a nubes grises, noche oscura y terminó en el negro de la bruma.
Un gran problema se tejía cuando cachamos que todo este destape de olla ocurría en el mismo lugar en el que vivíamos día a día, compartimos el espacio (un solo espacio), desayunamos, almorzamos, cenamos, trabajamos e intentamos sacar adelante, encauzar el proyecto -en un lugar difícil de acceder y por lo tanto difícil de salir-, y por sobre todo solos.
Disclaimer:
1. Si uno apuesta por poner gran cantidad de energía, recursos, tiempo, pasión y ganas en hacer un proyecto de largo plazo que cuente una historia de esperanza, que intenta aportar al mundo de hoy en temáticas que nos parecen auténticamente relevantes y no solo un hip trendy topic para sacarse unos likes, tiene que haber una base fundamental; es estar claro con que lo que uno cree, estar alineados con lo que se hace, compartir visiones. Solo así se puede encauzar toda esta energía en un canal robusto del que nazca algo hecho con convicción y amor, ojalá en equipo. Sofía es mi equipo. Pensaba que este señor podía serlo.
2. Cuando un cliente requiere de servicios a cambio de dinero, no tengo necesariamente que estar tan de acuerdo con él, ni caerme bien, ni ser amigos. Ojalá que sí, pero no es fundamental para trabajar juntos.
3. Cuando no se da ni el A ni el B, hay que tomar acción. Ojalá verlo a tiempo, porque si no algo adentro, ahí donde se encuentran los cables diuno, salen chispas, duelen las guatas, desvelan las noches.
Pasadas las semanas, en los almuerzos cada vez más incómodos, fuimos atestiguando cómo se bifurcaban las visiones que teníamos con las suyas, como si cada cosa que dijera, para nosotros fuese igual de obvio o estuviésemos de acuerdo.
Sus constantes referencias a la gente de la villa con la que intentábamos vincularnos del tipo “flojos”, “ladrones” y “criminales”, cuando menos “borrachos”, solo mostraban una pizca de valor cuando sabía de alguien “very smart”. Alto en IQ, como él.
Frases de oro del tipo “soy uno más en este entorno natural, tanto como las aves y mamíferos que recorren libres en mi predio”, o “tengo clarísimo mi rol en este ecosistema”, eran dichas con seguridad en un idioma que ni un ⅓ de la comunidad local comprendía.
Serás uno más entre los animales, pero te recuerdo que afuera de tu castillo solitario hay personas de las que estás lejos de sentirte uno más, forastero.
Este documental que se trataría de mi perspectiva sobre este proyecto de conservación era sutilmente manejado para que el señor que guarda la fórmula para salvar al planeta tierra luciera como tal, ofreciendo bienes materiales a la gente en cámara y actividades en comunidad… pero “no vayamos a mostrar las salchichas envueltas en plástico que comemos los desayuno de los lunes, mira que aquí somos vegetarianos…”
Y en fin, una serie de tropiezos y sabores amargos que nos hicieron ver (a mí más tarde que Sofía) lo poco admirable que puede ser un personaje tratando de comprar la confianza, desesperado por ganarse un lugar en esta tierra.
Pero no señorinas y señoros, eso se gana mirándose a los ojos, sabiendo leer el lugar para adaptarse a él, acercándose en su idioma, siendo transparente, ofreciendo desinteresadamente la ayuda y no con una calculadora y un bolsillo abultado.
No tomamos las palabras de los habitantes de la villa en un principio sobre el lugar donde nos metimos, quisimos entenderlo por nuestra cuenta.
Las propias relaciones entre los trabajadores y el jefe durante el corto período que estuvimos nos dio la idea. (Hubo una renuncia, y un conflicto no resuelto hasta el día de hoy).
El descubrimiento que tuvimos en este lugar tiene un origen oscuro, obsesivo, con tintes de paranoia, altamente desconectado de su entorno, egocéntrico y en últimas, peligroso.
Lo realmente triste y (ni tan) revelador, es que el origen está una vez más en el amor, o desamor. Cómo la falta de éste puede llevar a un resultado que no se esconde ni disipa a los más de 70 años de reloj corriendo. Esas heridas quedan, se heredan y se expanden.
Lamentablemente era algo muy difícil de predecir. Solamente podríamos encontrarlo sentados en la mesa día tras día, indagando y destapando la olla.
Uno es optimista cuando toma este tipo de saltos, pero este también podía ser el resultado de una investigación que quiso ir a meterse en las patas de los caballos.
Es importante asumir el costo que puede tener y entender de qué uno puede hacerse cargo y de qué no. Esta es la resolución de este momento.
14 de Julio
Mitad de viaje, cambio de rumbo repentino y como dicen, no se puede evitar la tormenta así que a timonearle. Somos dos.
Vamos contigo Sofía -
Gracias Juan.
Ahora bien, doble click a lo del mea culpa de la revoltija de gallinero que nos pusimos. Nadie nos llamó aquí, llegamos solitos y nos involucramos un kilo en las problemáticas. Hubo episodios que se dieron justo cuando nosotros estuvimos aquí, y es que facilitamos espacios de conversación con los trabajadores por ejemplo, que antes no existían. Creemos que esto los conectó con sus emociones, los envalentonó a actuar o decir unas cuantas verdades a su jefe, y personalmente, no me arrepiento de ello.
Me da mucha pena haber visto tan de cerca que hay personas que construyen barcos gigantes sin ningún pasajero, y al igual que muchos anteriormente, terminamos saltando por la borda por culpa de la falta de libertad, de que nos quisieran controlar cada paso, de que hay una sola verdad y es la suya, de que el más intelectual vale más, de que a los latinos hay que enseñarnos a hacer las cosas, hay que ayudarnos para salvarnos.
Suficiente como para tomar la decisión.
Ahora había que plantear una estrategia de salida razonable. Ya conocíamos al personaje, sus puntos débiles y sensibilidades. Sus reacciones eran abruptas, extremas e impredecibles, lo que al menos a mí (y a nuestras mamás) me tenía bordeando el miedo y se me pasaron varias ideas espeluznantes por la cabeza. Por lo que en esta ocasión, decidimos tomar una carta de emergencia que implicase no derramar ni una gota de sangre en nuestra salida y básicamente nos mandamos una blanca palomita del bien ponderado no eres tú, soy yo.
Ojo que no por nada el comportamiento tan impredecible y complejo del personaje...varias veces nos contó crudos episodios de su infancia y juventud que hasta el día de hoy calan su personalidad y ven en la humanidad la peor peste de la naturaleza.
Aunque lejana a la familia disfuncional, sí me ha tocado atravesar otro tipo de dolores fuertes, esos que te marcan la personalidad, por lo que para mí no es excusa ser un perro con los demás sólo porque has tenido una vida difícil, no es culpa de los demás...siempre se puede tomar esa sucia bola de pelo para hacer un lindo macramé.
Hoy nos vamos emocionados.
Porque a pesar de que se frena el proyecto, sabemos que ganamos mucha experiencia en diferentes ámbitos: principalmente en ser equipo, en vivir la selva, en flexibilizarse, escribir, registrar y entender todo lo que implica un proyecto audiovisual, un 10 en ese sentido.
Además, conocimos a personas increíblemente lindas, como los chicos que aquí trabajan. Alcanzamos a despedirnos de casi todos, los vimos apenados, pero de manera generalizada se nos dijo claramente que las puertas de sus casas quedaban abiertas para nosotros, y con ganas de seguir en contacto. Me quedo con la última frase que nos dijo Max: "uno sólo cosecha lo que siembra, y si vas haciendo amigos por todos lados, siempre tendrás una mano que te ayude."

En la foto falta Teo que está de vacaciones, y Esteban aunque con la pierna literalmente machetiada, se ve medio incómodo porque igual nomás que vino a trabajar.
(aquí abajo Esteban machetiando by juanchu. De referencia, no cacho)

Hoy ha sido un día especial para todos. Aunque en mi rancho triunfan la emoción y el miedo. De partida porque después de 1 mes y medio sin comer carne, al almuerzo hubo pollo. Y no del supermercado precisamente. En la mañana se hizo el ritual de matar a la gallina más vieja, porque no estaba produciendo suficientes huevos.
Seremos 3 almas libres desde hoy.
La verdad es que el almuerzo estuvo difícil, nadie habló durante la primera mitad, y después Alexander se chorrió con que estaba analizando el futuro del Refugio ya que el alcalde estaba ad portas de abrir un bar justo en frente de este terreno, y lo que ese, en sus palabras, "burdel, o puterío" podría traer al barrio, sería la desgracia para su proyecto de conservación.
Entre truenos y vientos fuertes, con gran convicción el pequeño voluntario austriaco dio la idea de incendiar dicho lugar. Brainstorming de cómo lo harían y ya cuando la cosa se ponía bien bizarra con Juan nos miramos con ojos de huevo frito y vinimos a encerrarnos a la cabaña hasta que vengan por nosotros.

Gracias a nuestras chicas y chicos por sus audios y llamados para amainar la ansiedad de la espera. Y a nuestras familias por la calmada espera (al menos así se sintó) de recibir el mensaje cuando ya estemos afuera.
¿Muy post guerra la sensación? 100, pero esto solo nos grafica la idea de que estamos insertos en una red, y lo sumamente relevante que es comunicarse a tiempo y cuidar bien estas relaciones. Crear vínculos desde el amor. Y ser responsables de los dolores que naturalmente aparecen en el camino, transitarlos, pero siempre estar atentos a la herida, mira que incluso una yayita infectada puede hacer del mínimo ardor una hecatombe social.
Lo que sigue se va a tratar primeramente de recalcular y pensar cómo sigue la segunda mitad del viaje.
Que va, a otra cosa mariposa.