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Partamos por casa

¿Te ha tocado alguna vez ver al hombre Quáker? ¿Ese señor de pelo blanco, sombrero y cara sonriente de las cajas de avena? Siempre me llamó la atención su vestimenta, lo sentía fuera de lugar y poco compatible con el producto...pero es que no conocía la historia completa. 

Hace casi 150 años, la marca estadounidense Quáker diseñó toda su estrategia entorno a un imaginario religioso: la de los Cuáqueros (o en inglés, quakers*)

En Inglaterra, a mediados del siglo XVII, surgió la Iglesia de los Amigos, una comunidad religiosa disidente, con raíces en el cristianismo protestante, denominada por el pueblo como los *quakers (tembladores) dado que su fundador, George Fox, solicitaba cierta devoción a sus seguidores pidiéndoles "temblar en el nombre del Señor"​. 

Con atuendos como el del señor avena, y enfrentando las adversidades de la vida desde un puñado de valores tales como la honestidad, integridad, pureza y fuerza, el movimiento religioso inspiró no sólo a la identidad de uno de los cereales más conocidos del mundo, sino también al desarrollo de un pueblo tico. Porque Costa Rica no son solo perezosos y Pura vida, vamos a ver a continuación cómo los cuáqueros infiltraron su benevolencia en los cimientos de una comunidad que hasta el día de hoy figura como una localidad muy especial en el chicoperorico país centroamericano. 

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En nuestro viaje de 3 meses por Costa Rica, el objetivo principal era conocer en primera persona la gestión de la conservación en un país que figura como líder en el tema pero que, como era de esperarse entre tanto proyecto, revela algunos sesgos cuando se trata de definir lo que es la conservación. Para triangular la información, fue necesario participar en más de una iniciativa. 

 

Para que todos leamos esta historia con los mismos anteojos, vamos con la definición de conservación que marcó el inicio de este descubrimiento

"Es la protección, preservación, manejo o restauración de ambientes naturales y las comunidades que los habitan. Conservación generalmente incluye el manejo  humano de recursos naturales para el beneficio del público y su utilización sostenible, social y económica."

(Según el Natural Resources Conservation Service)

 

Iniciativa #1: Refugio Tinti

Estadía: 2 Junio - 14 Julio 2023

Locación: Pacífico Sur, Costa Rica

 

Luego de vivir durante 1 mes y medio en las dependencias de un proyecto de conservación que con altos estándares de excelencia resguardaba diversas especies de flora, fauna y funga, pudimos experimentar un estilo de liderazgo individualista a la hora de tomar de decisiones, que sumado a un fuerte hermetismo para con la comunidad, hacía de esta una isla paradisíaca más que un proyecto de conservación. Fue aquí donde, con la definición en mente, quisimos corroborar que el éxito de una iniciativa con estos objetivos podría darse solo si existía la presencia equitativa de las 3 dimensiones de la sostenibilidad: medioambiental, social y económica. 

Iniciativa #2: Fundación Costa Rica Wildlife

Estadía: 25 - 29 Julio 2023

Locación: Norte Caribe, Costa Rica

 

Tuvimos la oportunidad de viajar al extremo opuesto del país para conocer la iniciativa de conservación de manatíes en manos de Costa Rica Wildlife. La estrategia de esta fundación considera no solo gran participación de la comunidad en la toma de decisiones del proyecto, sino también el involucramiento de las generaciones más jóvenes en el Club Manatí: un espacio de aprendizaje, formación de sentido de pertenencia y responsabilidad con el ecosistema que los rodea y por consecuencia, que considera a la especie en cuestión. Con estos antecedentes se nos permitió corroborar la relevancia del factor social en la conservación. La base de esta iniciativa toca con fuerza los límites de la Ecosofía (término levantado por primera vez el '73 por el filósofo y activista noruego Arne Naess, amigo personal y gran influencia en la labor conservacionista de Douglas Tompkins en Chile), ya que orienta la problemática medioambiental hacia una perspectiva relacionada con la sabiduría para con las relaciones humanas. En otras palabras, la factibilidad de conservar recae en la capacidad humana de relacionarse entre ellos y con el planeta.  

Iniciativa #3: Santuario Ecológico de Monteverde

Estadía: 4 - 13 Agosto 2023

Locación: Bosque Nuboso al Noroeste, Costa Rica

 

Mireya, jefa de hogar y fundadora del proyecto familiar Santuario Ecológico de Monteverde, nos recibió por casi 10 días. Junto a su hija Andy y su hijo Chris, quienes nos abrieron cálidamente las puertas de su casa, hicieron de nuestra estadía una experiencia cariñosa y cercana. 

Mientras tomábamos café sentadas en la extensa mesa de su cocina, y conversando sobre los orígenes del Santuario, me comentaba Mireya:

"En esa época mi papá tenía que alimentar a 9 niños, por lo que la caza de animales era una necesidad para nosotros. A veces estaba difícil y llegaba hasta con ardillas...pero con el desarrollo del pueblo esto cambió y mi papá se transformó en conservacionista. Desde entonces, la conservación es parte de nuestra herencia" 

Con 46 hectáreas de bosque de transición para su conservación, la fuerza laboral de su negocio es su familia, quienes repartidos según sus intereses responden a las diferentes labores diarias que ofrece su principal actividad económica: el turismo regenerativo. 

En esta parte de la historia es cuando nos encontramos con que la clave del giro en la historia del padre de Mireya, fue la cajita de avena que teníamos sobre nuestro verde mantel.

Remontémonos al año 1948: José Figueres Ferrer como presidente en Costa Rica, suprime al ejército como institución permanente tras declararse como finalizada la guerra civil. Esta iniciativa trajo consigo una ola de pacifistas que buscaban tierra fértil para sus ideales, entre ellos, los cuáqueros. 

 

Huyendo del reclutamiento forzado que ejercían los Estados Unidos a su población para apuntarse a la guerra, 11 familias decidieron migrar a Centroamérica, recorriendo por meses hasta llegar al pueblo de Monteverde, en Costa Rica.

 

Haciendo camino entre las montañas en las cuales habitaban algunas familias ticas (como la de Mireya), los cuáqueros comenzaron a asentarse, lo que trajo consigo la tala de gran parte del bosque nativo tanto para el desarrollo agrícola como para la construcción de sus viviendas, los primeros tendidos eléctricos para iluminación pública, la primera, y aún en funcionamiento, fábrica de quesos y así un sinnúmero de iniciativas que permitieron el desarrollo.  

Siempre promoviendo el pacifismo y la bondad del ser humano, los cuáqueros comenzaron a sentir la necesidad de mitigar su impacto medioambiental a través de la creación de la Asociación Conservacionista de Monteverde en 1986. Esta organización civil sin fines de lucro se encuentra vigente hasta la fecha, y desde sus inicios tuvo por objetivo preservar, conservar y rehabilitar los ecosistemas tropicales y su biodiversidad a través de la compra y protección de terrenos. Entre 1987 y 2016, esta labor fue llevada a cabo por donantes de mas de 40 países, logrando un total de 23.000 hectáreas, figurando como la reserva privada más grande de Costa Rica, denominada actualmente como el Bosque Eterno de los Niños. 

 

Fue gracias a la labor de estas familias extranjeras que la Asociación, o también llamada Liga Conservacionista, permite a la comunidad conservar con prácticas concretas. Nuestra nueva familia no es ajena a esta influencia:
Siendo su principal actividad económica el turismo, reciben grupos de extranjeros durante el día y la noche para recorrer los senderos que con el tiempo han establecido. Y porque conservar también implica resguardar la cultura, ofrecen experiencias tales como los rituales de café, o las clases de cocina tradicional, ambas guiadas por miembros de la familia y realizadas en su finca.

Mireya y sus hijos son el resultado de una historia de conservación completamente tallada a mano, y gracias a ellos podemos decir que logramos desentrañar el misterio de las tres dimensiones de la sostenibilidad

Sólo para jugar, pienso en el caso de que la sostenibilidad funcionara como ejes individuales, y extremando las posibilidades, imagino que el medioambiente, lo económico y lo social podrán ser respectivamente un jardín privado, un vertedero o una familia sin hogarEn conclusión, es imperativo para un proyecto de conservación responder por igual al plano medioambiental, económico y social.

Me voy a Chile con el ejemplo de la familia de Monteverde, de las familias de cuáqueros, y pienso que sería lindo imaginar a nuestras propias familias como núcleos sociales, como un laboratorio para crear vínculos más sanos, no perfectos, pero sí sanos. Todo empieza por sentarse a tomar desayunito, dejar la caja de avena al centro y quién sabe si alguno pica con la receta que viene por detrás y empezamos a hacer de nuestros hogares una incubadora de mentes conscientes, pensantes y honestas.

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